jueves, 28 de mayo de 2009

Culero




En dos palabras vamos a tratar de dar una idea sobre esta prenda que es, en cierta medida, una hipertrofia del cinto de cuero o tirador y un complemento del chiripá.
Primitivamente y como muy bien lo muestra el pintor, Juan M. Blanes, en sus cuadros costumbristas, era el culero un rectángulo de cuero fuerte, curtido generalmente carpincho o ciervo, sin pelo, que, sujeto a la cintura con un cierre de botones, como el propio tirador, o con hebillas, y que, también a veces se doblaba en su parte superior, formando bolsillo, como la guayaca, con fleco cortado en el propio cuero en todo el restante perímetro, o cortado en ondas, que cubría los glúteos y muslos, hasta la mitad de éstos. Servía, fundamentalmente, para recibir el quemante roce del lazo en la faena de a caballo y, también para proteger el asiento en la jineteada de baguales en pelo.
Más tarde y con el desarrollo de las faenas de a pie, en el corral, principalmente con ovinos, o la pialada durante las yerras, etc., fueron transformando el culero en una especie de mandil o medio delantal, largo casi hasta el, tobillo, que se usa volcado sobre la pierna izquierda a la que cubre totalmente y protege así al usuario del roce de lazo (a pie), permite apoyar allí al ovino para desojarlo, curarlo, etc. ., evitando que la gran grasitud característica del lanar ensuciara el chiripá (antes) o la bombacha, etc..
En Río Grande del Sur y en nuestras zonas fronterizas, estos grandes "culeros", a los que también llaman "tirador" han llegado a ser una prenda de lujo o de "paqueteo" con afanes de lucimiento campero, y se confeccionan en cuero de ciervo con todo el pelo, lo que los hace particularmente llamativos.

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